Quien tiene un perro lo sabe: son mascotas a las que llegamos a querer mucho, sean grandes o pequeños. Sin embargo, con el paso del tiempo el ladrido del perro se convierte en una presencia cotidiana para nuestras vidas. Y aunque estos animales desbordan una alegría que transmiten a simple vista, muchas veces el ladrido de los perros no quiere decirnos eso.

Ladrido del perro: ¿por qué comienza a ladrar el animal?

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Si no sabemos nada de psicología canina no podremos determinar qué es lo que realmente le está pasando a nuestro perro; con mayor motivo si el animal ladra sin control. Puede que el ladrido del perro se escuche de forma recurrente y a lo largo del día, haciendo que todo ese entusiasmo y alegría que sentíamos hacia nuestro animal en un principio se convierta en un estado ansioso y de tensión permanente. Y es que no sabemos lo que el perro puede ser capaz de hacer.
Tened en cuenta que los perros cuentan con un oído tan sensible como lo puede ser su olfato. Por tanto, no nos debería de extrañar que cuando el animal sienta que algo no entra dentro de los parámetros de lo normal comience a ladrar.

Cierto es que los ladridos de un perro en reiteradas ocasiones se debe a circunstancias carentes de sentido. Esto es algo que, aunque a él no, a las personas les puede resultar bastante incómodo. Si es vuestro caso: tranquilos. Afortunadamente, no todo está perdido. Y es que existen distintos métodos para conseguir evitar que vuestro perro se pase ladrando desde la mañana hasta la noche.

Reducir el ladrido del perro con entrenamiento manual

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Conseguir que un perro deje de ladrar de forma recurrente, aun cuando parezca complejo, no lo es. Resulta bastante simple. Aunque todo dependerá de nuestra habilidad. Es algo en lo que también debemos poner de nuestra parte. Por ello indicar que lo debéis hacer cuando vuestro animal está ladrando de forma descontrolada, asustándole. De manera inmediata dejará de hacerlo. Pero claro, vosotros os preguntaréis cómo hacer para asustar a un perro que, en apariencia, ladra por cualquier cosa.

Para ello lo que haremos será darle un golpe en el hocico o en la cabeza.Es un método muy fácil de poner en práctica. Veréis que os dará un resultado positivo pero tened cuidado, que no estamos hablando de azotar al pobre animal. El golpe deberá ser leve y recurrente. Por lo tanto, cada vez que ladre de forma descontrolada, se lo daremos. De esa forma el perro caerá en cuenta que sus ladridos permanentes no son bien recibidos por nosotros.

Es importante que si tenemos un animal pequeño y nosotros somos sus primeros dueños, le enseñemos que no está bien ladrar todo el tiempo. Pero debemos ser prudentes y saber interpretar cuando está bien y cuando no. Puede resultar contraproducente para el animal y éste, en consecuencia, perderá todo el interés por expresarse. Y también para nosotros, ya que el animal en situaciones de peligro tiende a ladrar.

Ladrido del perro. Diferencias entre unos y otros

Cabe señalar que cuando hablamos de un método manual capaz de evitar el ladrido del perro, no estamos generalizándolo a todos los canes. Y es que hay diferencias entre unos y otros. Las razas son diversas y, por ende, el comportamiento de cada perro es distinto. Existen razas que por su genética tienden más a la violencia y, por lo tanto, sus reacciones ante algo que les incomode será sin duda agresiva. Tal es el caso de un Dogo, un Dóberman o un Pitbull. Si tenéis estos perros no debéis aplicar este tipo de entrenamiento manual, pues en caso de hacerlo veréis que el animal se lo tomará mal y será para él más una molestia que otra cosa. Sin embargo, para este tipo de animales existe lo que se conoce como entrenamiento no manual.

Evitar el ladrido del perro con entrenamiento no manual

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En esta ocasión no será el amo quien se vea en la necesidad de adiestrar a su animal para que deje de ladrar de manera recurrente. Se lo impedirá un agente externo, en este caso. Para hacer efectiva dicha corrección hay quienes optan por cubrirle la boca al perro con un bozal. Pero debemos acudir a este método con sumo cuidado, porque los perros con bozal se ponen muy nerviosos e inquietos, incluso con sus dueños. Lo suelen expresar cuando se les quita el bozal para que tomen agua o se alimenten. Por ello, siempre se recomienda ponerle el bozal cada vez que sus ladridos sean constantes. De esta manera el perro alcanzará a comprender que le ponemos el bozal porque no nos parece bien que esté ladrando así.

 Ahora bien, en el caso de los perros violentos y de los riesgos que supone que seamos atacados por éstos, indicar que existen también otras opciones, como puede ser el collar eléctrico. Conocido en el mundo canino como collar de toques. Y es que estos aparatos lo que hacen es medir los decibelios a través de un sensor ubicado contra la garganta del perro. Cuando el collar “siente” que el ladrido del perro es muy alto, aplica un pequeño toque eléctrico al animal. Puede que resulte un método violento, pero lo cierto es que dependerá muchas veces del dueño del perro. Dependerá también de qué tipo de animal tengamos. No tiene sentido que, si tenemos una mascota pequeña, por no querer hacer un trabajo manual por nuestra parte acudamos a un collar eléctrico a fin de que el perro deje de ladrar.

En cualquier caso y ante la duda cuando hablamos de ladrido de perros en exceso, antes de tomar cualquier decisión convendrá hablarlo con un profesional. Este sabrá orientarnos y seguro que nos dirá qué método es el más conveniente o hasta proponernos uno diferente. De cualquier forma los perros son muy inteligentes. Y si les enseñamos bien qué es lo que nos gusta y qué no ellos sabrán darse cuenta. Y, evidentemente, por nuestra parte quedará ofrecerles una recompensa.

ESCRITO POR ANTONIO