Desafortunadamente, por muy intenso que sea el vínculo que tenemos con nuestras mascotas, no pueden expresarse con claridad cuando algo va mal. Si no pueden quejarse más allá de lo evidente, ¿cómo podemos saber cuando necesitan asistencia médica? ¿Cómo saber si esa cojera significa un esguince, o si un estornudo requiere un antibiótico? Es muy importante estar al tanto de los posibles síntomas de las enfermedades que pueden afectar a los animales domésticos; A lo largo de este artículo aprenderás las señales de advertencia que indican que debes llevarlo al veterinario…

1. Extraños hábitos alimentarios

No es para nada extraño que tu mascota se salte una comida o dos, especialmente en épocas de mucho calor. Sin embargo, también deberías estar al acecho por si ocurre algo malo. Dos días o más sin comer es una clara señal de que tu compañero necesita un examen médico. Algunas enfermedades hacen que los perros y los gatos desarrollen hábitos alimenticios inusuales, por lo que si tu animal de buen comportamiento comienza a asaltar la despensa o la basura a deshoras, deberías tener en mente algún tipo de problema. No dudes en continuar leyendo nuestro artículo…

2. Sed excesiva

Es importante saber cuánta agua bebe tu perro o gato cada día, ya que el hecho de beber más de lo de costumbre podría suponer el desarrollo de alguna enfermedad renal o incluso diabetes. Básicamente, esto puedes saberlo si necesitas llenar su recipiente de agua más veces de lo común. Por otro lado, también puedes fijarte en la cantidad de orina que expulsa cuando lo sacas a pasear (en caso de los perros), sus necesidades de salir más a menudo, o si se le escapa de vez en cuando en la casa.

3. Se esconde a menudo

Está claro que cada animal es diferente, pero si tu mascota generalmente amistosa comienza a adoptar una conducta extraña, escondiéndose a menudo en cualquier agujero alrededor de la casa, podría ser una mala señal. Este deseo de evitar a todo el mundo puede estar relacionado con una sensación de malestar, especialmente si el animal se niega a comer, tiene problemas a la hora de evacuar, o padece otros síntomas; también se puede incluir un estrés severo, y si un gato opta por esconderse en los lugares más altos, tal vez pueda estar siendo atacado por pulgas.

4. Agresividad espontánea

Debes saber que las mascotas, tanto los perros como los gatos, suelen adaptarse al carácter de sus dueños progresivamente, por lo que si llevas un tiempo de mal humor, tu compañero podría verse afectado. Sin embargo, si tu amigo perruno o felino antes cariñoso se ha vuelto repentinamente agresivo, no lo castigues, intenta averiguar antes la razón. Podría estar sintiendo dolor, especialmente si tu mascota se enfada cuando la tocas. Otras condiciones pueden ser la artritis, problemas dentales, lesiones, infecciones, entre muchas otras, pudiendo alterar el estado de ánimo del animal.

5. Orina demasiado

Al igual que las personas, los perros o gatos que son mayores necesitan orinar y defecar un mayor número de veces al día, pero no debemos pasar por alto algunas señales. Si tu mascota ha comenzado a sentir estas necesidades más a menudo, o el color de su orina ha cambiado, no lo ignores, especialmente si realiza varios intentos falsos de orinar. Algunos problemas de salud graves puede causar tal comportamiento, como incontinencia urinaria, diabetes, infección del tracto urinario o enfermedades renales. Si tu perrita no está esterilizada, podría verse afectada por la piometra cuando sea mayor.

6. Se lame demasiado

Un hábito excesivo de auto limpieza en los gatos podría significar algún problema de salud; Una de las razones es que puede estar sintiendo picazón o dolor dentro de la zona que lame, pudiendo asimismo tener pulgas o una alergia; A veces, los gatos se lamen mucho debido al estrés o la ansiedad. Por otro lado, si es tu perro el que se lame demasiado entre las garras, la zona de la cola, o entre las caderas, podría padecer una alergia. Si lame objetos inusuales (el suelo o las paredes) o moja sus labios en exceso, entonces puede tratarse de un trastorno gastrointestinal.

7. Fíjate en sus ojos

A veces, un simple vistazo rápido en los ojos de tu mascota puede sacarte de dudas. Para empezar, mira si tiene los ojos rojos, si expulsa algún tipo de secreción, o si el tercer párpado está prolapsado, ya que todo éstos son síntomas de un virus o alguna infección bacteriana. Por ejemplo, en un gato, el hecho de una secreción clara por los ojos significa que se trata de un virus, mientras que si es de color amarillo o verde, nos dice que es una infección. Los ojos rojos también podría mostrar algún tipo de lesión, alergia, enfermedad de la córnea u otras sistémicas graves. ¡Comparte estos consejos con todo el mundo!

 

Fuente: StarStock