Un estudio británico arroja nuevas pruebas de que tener un perro promueve la actividad física y reduce el riesgo de muerte.
Los perros se están revelando grandes aliados de las autoridades sanitarias y una herramienta eficaz en la prevención de enfermedades y la reducción del riesgo de muerte. Se calcula que las personas que tienen un perro tienen cuatro veces más probabilidades que el resto de la población de cumplir con las pautas de actividad física recomendada, según una investigación realizada en el Reino Unido y difundida hoy por Scientific Reports.
En concreto, la investigadora de la Universidad de Liverpool Carri Westgarth, especializada en interacción entre humanos y animales, ha constatado que los adultos con perro caminan con más frecuencia y durante más tiempo que los que no son propietarios de perros, mientras que en el caso de los niños, se ha comprobado que los que tienen perro caminan 285 minutos más a la semana que los que no y además dedican 260 minutos más de su tiempo libre a actividades físicas, entre ellas correr, saltar o jugar con el animal. Y, lo que es más importante según los investigadores, que el pasear al perro no reemplaza en la mayoría de personas otras formas de ejercicio, es adicional.
El estudio de Westgarth y sus colegas no deja lugar a dudas. Al menos para quienes viven en el Reino Unido, que tienen asumida la necesidad de pasear al perro a diario, como también ocurre en España. Según su análisis sobre 385 hogares de West Cheshire (Inglaterra), quienes tienen perro caminan con su animal una media de siete veces a la semana y durante unos 220 minutos en total, y aunque se desplazan menos a sus obligaciones diarias caminando que otras personas sin perro, son más propensos a caminar por gusto y por ocio, de modo que terminan andando un 39% más minutos a la semana que quienes no pasean al perro. Y, en general, dicen los investigadores, el grado cumplimiento de las recomendaciones de actividad física por parte de quienes conviven con un perro cuadruplica el del resto de la población.
CARRI WESTGARTH Investigadora Universidad Liverpool Esta diferencia, explica el estudio, es mucho más marcada que la detectada por otros trabajos realizados en Estados Unidos o Australia, un hecho que atribuyen a que en esos países no hay tanta costumbre de sacar a pasear el perro a diario porque muchos animales viven en el exterior, en jardines o patios donde se ejercitan solos.
No obstante, los autores del estudio publicado hoy en Scientific Reports ha encontrado también un porcentaje importante de propietarios de perros que no pasean, y que deberán seguir investigando para saber por qué, si es que creen que la salud del animal o la propia no lo permite.
Con todo, los autores aseguran que su trabajo “proporciona nuevas pruebas de que los dueños de perros son considerablemente más activos” que las personas sin perro y, además, cuidar y pasear al animal no les detrae de otras actividades físicas. Admiten, no obstante, que su estudio es de carácter transversal, de modo que no pueden confirmar que conseguir a un perro vaya a hacer que una persona se vuelva más activa, aunque hay algunos datos longitudinales que apoyan esta tesis.
Los dueños de perros caminan más y además eso no les quita de hacer otras actividades físicas
En 2017, otro estudio de investigadores suecos que revisaron a 3,4 millones de personas de entre 40 y 80 años durante doce años concluyó que tener un perro está asociado a una reducción del 23% en el riesgo de muerte por enfermedad cardíaca y del 20% de morir por cualquier causa. Entre otras razones porque sus propietarios muestran una mejor respuesta al estrés. Y otros trabajos anteriores también han sugerido que los perros alivian el aislamiento social y la depresión, factores que precisamente están relacionados con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y muerte prematura.