Uno de los problemas más frecuentes que se encuentran los propietarios de perros que viven en zonas urbanas es la llamada ansiedad por separación.

Para poder entender la ansiedad por separación primeramente debemos definir a grandes rasgos lo que es la ansiedad.

La ansiedad es ese estado de angustia y desasosiego producido por temor ante una amenaza o peligro. Es el estado emocional en el que se experimenta una sensación de angustia y desesperación permanentes, por causas no conocidas o conocidas.

La ansiedad por separación (ASP) es una condición psicológica, clasificada dentro del espectro de los trastornos de ansiedad, en el cual un individuo presenta una excesiva ansiedad acerca de la separación del hogar o de la gente hacia quienes tiene una fuerte relación de apego.

Existen mayoritariamente dos corrientes para explicar esta patología:

– Una de ellas defiende que la ansiedad por separación propiamente dicha consiste en la no ruptura o interrupción del apego primario.

– La otra sostiene que, en la mayoría de los casos, el problema se debe a un vínculo mal establecido entre el perro y su dueño que afecta a la estructura de grupo y esto, básicamente, se debe a un problema de comunicación entre ambos.

Lo importante en este punto es que la patología en los dos casos esta relacionada con el apego y cursan igual.

Las causas principales para que un perro desarrolle un problema de ansiedad por separación son:

  • Cambios en las rutinas, horarios, etc.
  • Fallecimiento de la persona a la que el perro está más vinculado.
  • Suceso traumático sufrido por el perro cuando se encontraba solo.
  • Padecimiento de una enfermedad grave al poco tiempo de llegar a su nuevo hogar.
  • Aislamiento social durante los periodos de socialización.
  • Separación temprana de la madre.
  • Estancia en una residencia canina, refugio o protectora
  • Trastornos geriátricos

Algunos autores afirman que existe predisposición hereditaria debido a la cría selectiva de perros más afectuosos, socialmente dependientes o infantilizados que crean una excesiva vinculación con los propietarios e intolerancia a la soledad.

TRATAMIENTOS:

Tratamiento conductual:

En la mayoría de los casos los perros con ASP muestran conductas destructivas, incontinencia, vocalización excesiva… Es muy importante saber que no se trata de un problema por falta de educación, por parte del perro, o de una exceso de energía acumulado. Un perro que tiene ansiedad por separación es un perro que sufre cuando no estamos con él, y es por esto que debemos enseñarle que no pasa nada porque se quede sólo y que sienta el hogar como un lugar seguro.

Algunos métodos para el tratamiento de los problemas de ASP se basan en castigo y no hemos de olvidar que el castigo es totalmente contraproducente y sólo aumentará la ansiedad del perro cada vez que lo dejemos solo.

Antes de realizar el tratamiento debemos enseñarle de manera positiva un sitio en el que poder relajarse, a poder ser un sito de la casa no transitado, por ejemplo en una esquina del salón o en una habitación, un sitio donde se sienta cómodo. Nunca debemos molestarlo cuando este descansando, ese lugar que hemos habilitado para él debe ser su sitio de paz y tranquilidad.

Además debemos proporcionarle ejercicio físico suficiente, así como relaciones sociales con otros perros y gozar con él con juegos que lo estimulen mentalmente.

El tratamiento conductual está basado principalmente en la desensibilización del perro hacia los estímulos discriminativos que indican que el dueño va a salir de casa. Recomiendo que el propietario coja las llaves de la casa y las lleve al salón o la cocina, que se ponga el abrigo al lado de la puerta y vaya al dormitorio y se lo quite o viceversa, que cojan la correa del perro y la lleven de un lado a otro, etc. Como hemos dicho, esto está dirigido a conseguir que, a base de repetirlo, las señales de partida de los dueños dejen de provocar excitación y ansiedad en el perro. 

Dado que la ASP tiene un gran componente de hiperapego al propietario, debemos cambiar nuestra relación con nuestro perro por los menos durante tres semanas. Esto no romperá el vínculo entre propietario y perro, pero disminuirá la dependencia extrema del perro hacia el propietario.

Así pues, se instauran otra serie de protocolos, modificando la relación entre el perro y el dueño.

  • Dejar de responder a las exigencias relacionales del perro, tales como que nos demande atención o caricias.
  • Iniciar y terminar los periodos de atención/ relación.
  • Exigir que el perro haga algo para el dueño antes de darle afecto, por ejemplo, sentarse o dar la pata.

 Adiestramiento en obediencia básica para conseguir que sea el dueño el que controle las conductas de su perro y para enseñar al perro a mantenerse y permanecer alejado de su dueño durante periodos de tiempo progresivamente más largos a través de los ejercicios “sentado – quieto” y “tumbado– quieto” para así evitar que nos siga por toda la casa, sería otra herramienta de gran utilidad. La obediencia permite controlar al animal por medio de ordenes durante el regreso y evitar los signos de excitación y de saludo exagerado. 

Primero de todo debemos detectar cuáles son los principales estímulos que hacen que el perro empiece a darse cuenta que nos vamos y empiece a mostrar comportamientos ansiógenos (ej. cuándo nos ponemos los zapatos, cuándo cogemos la chaqueta, …). Una vez detectados estos estímulos procederemos a un Contra-condicionamiento o Condicionamiento Inverso ,consiste en presentar el objeto que provoca una conducta condicionada que queremos eliminar, (ej. ponernos los zapatos y no salir de casa), este Contra-condicionamiento o Condicionamiento Inverso lo debemos realizar con todo y cada uno de los objetos que estén condicionados a nuestra partida.

Una vez Contra-condicionados todos los objetos, es decir que nos pongamos la chaqueta, zapatos …, y el perro no presente ningún tipo de comportamiento ansiógeno, pasaremos a lo que se conoce como Desensibilización Sistemática, esta técnica está dirigida a reducir las respuestas de ansiedad y eliminar las conductas motoras de evitación.

Consiste en someter al perro a situaciones que le generan ansiedad o conductas asociadas de menor intensidad a mayor intensidad y siempre asociándolo con algo agradable, refuerzo positivo.

Un ejemplo de Desensibilización sistemática acorde con la ASP, sería realizar todos los movimientos que realizamos antes de nuestra partida (los cuáles ya deberían estar contra-condicionados), ir hacia la puerta, abrirla y sin llegar a salir cerrarla, este ejercicio debería realizarse hasta que el perro no muestro ningún tipo de conducta ansiógena, una vez superado este paso, realizaríamos lo mismo pero esta vez sí que saldríamos y cerraríamos la puerta como normalmente hacemos para a continuación abrir y entrar en el domicilio sin hacer ningún tipo de caso al perro, al igual que lo anterior deberíamos hacerlo hasta que el perro no muestre conductas ansiógenas, Con el correr de los días se aumenta progresivamente el tiempo de ausencia generando una habituación a quedarse solo, pero ese aumento no es lineal sino que se realiza en forma alternada (por ej. 2 min.- 3min.- 5 – 3 – 7 – 2 – 5 – 3 – 7 – etc.) de forma que el perro nunca pueda predecir el tiempo que el dueño estará fuera hasta llegar al tiempo necesario.

Se recomienda realizar los ejercicios de ausencia, sobre todo los más prolongados, cuando el perro está cansado, después de un largo paseo, por ejemplo. También le podremos dejar algún tipo de juguete interactivo o hueso de piel, para que este entretenido, pero es muy importante que el hecho de que le dejemos estas cosas no las asocie con nuestra partida, en el caso que las asociara, retirar inmediatamente.

Al igual que cuando nos vamos podemos dejar la tv o la radio puesta para que la casa no este tan en silencio, ya que cuando nosotros estamos hay un ruido ambiental.

Es importante que durante la ausencia, el perro no encuentre nada que pueda destruir, debemos, no solo asegurar aquello que valoramos, sino ayudarle a no equivocarse.

El perro no debe ser objeto de atención ni durante nuestra salida ni durante nuestra entrada. Pasaremos a ignorarle unos 5 o 10 minutos antes de nuestra salida, al igual que solo le aremos caso a la llegada cuando se encuentre en un estado de calma.

Mientras dure el tratamiento hay que asegurarse de alguna forma que no se produzcan períodos de ausencia que desencadenen la ansiedad por separación, ya que se puede perder todo lo realizado.

Debemos recordar que el objetivo final es hacerle agradable el quedarse solo o al menos que lo tolere sin problemas.

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Tratamiento farmacológico:

Las feromonas son sustancias químicas que miembros de una misma especie usan para comunicarse. Estas sustancias tienen la particularidad de inducir cambios en el comportamiento de los individuos que tienen contacto con ellas. Las perras cuando están alimentando a sus cachorros producen una feromona que calma y tranquiliza a las crías. “La feromona tranquilizadora canina” es producida en unas glándulas sebáceas que se encuentran entre las glándulas mamarias de las perras. D.A.P. es la versión sintética de esta feromona. Se recomienda su uso para el control y la gestión del miedo y de los comportamientos relacionados con el estrés como puede ser la ansiedad por separación, las fobias (fuegos artificiales, tormentas), etc.

Otro fármaco que se utiliza para las ASP (siempre bajo prescripción veterinaria) es la fluoxetina que se ha venido usando con mucho éxito para este desorden en particular (Simpson et al., 2007; Landsberg et al., 2008). Las benzodiacepinas se pueden usar con seguridad junto a un gran número de medicamentos psicoactivos (Crowell Davis and Murray, 2006) por lo cual pueden combinarse junto a la fluoxetina con el fin de ejercer un efecto ansiolítico mientras ésta alcanza los niveles requeridos para ser efectiva.

Rubén Manzano 

Educador Canino y Técnico en TAA 

Publicado por Asociación Canina De Perro a Perro