Un estudio demuestra que los canes son capaces de recordar y repetir acciones complejas realizadas por sus humanos.
Quienes convivimos con un perro juramos hasta el hartazgo que el nuestro sabe perfectamente como estamos, aprende rápido y nos entiende mejor que algunos humanos. “Se da cuenta de todo, es inteligentísimo”, musitamos. La ciencia nos va dando la razón, ya sea para demostrar que tienen la capacidad de comunicación y de entender nuestros gestos e indicaciones, o para comprobar que nosotros y ellos utilizamos la misma área del cerebro para procesar la información que recibimos y lo hacemos de manera similar.
Bueno, los investigadores acuden una vez más en nuestra ayuda porque, ¿quién no se ha sentido vigilado por su compañero peludo? Desde la mañana a la noche, Matilda escruta cómo me visto (e intenta morder las medias más delicadas), está atenta a la composición de mi desayuno (por si contiene kiwis), observa lo que saco de la nevera y está en primera fila cuando vuelvo de la compra para husmear en las bolsas. Entiendo que hay momentos en los que su atención se dispara, sobre todo si hay comida de por medio, atisba un potencial amigo o enemigo o se vuelca en recibirte. Pero también me siento observada cuando ataco tareas menos interesantes para ella, como regar las plantas, lavarme las manos o vaciar el lavavajillas. La segunda pregunta es, ¿procesa esa información? ¿La recuerda?
Pues resulta que Matilda sería capaz de retener esas tediosas actividades e incluso ejecutarlas. Un estudio publicado la semana pasada en Current Biologypor tres investigadores de la Universidad de Budapest concluye que los perros recuerdan no solo lo que ellos hacen, sino también lo que hacemos nosotros. «Incluso cuando esos acontecimientos no parecen ser importantes para ellos”, asegura la autora principal del estudio, Claudia Fugazza, del departamento de Etología y el MTA-ELTE Grupo de Investigación de Etología Comparada de la Universidad Eötvös Loránd de la capital húngara. “Además, nuestro estudio muestra que no solo los perros pueden recordar lo que han hecho, también las acciones que otros, en este caso su dueño, realizan”, añade la investigadora.
«Los animales entrenados pueden imitar las acciones de sus dueños incluso 24 horas después», dice la autora del estudio.
El estudio trabaja sobre lo que se denomina memoria episódica, es decir, la que funciona para que nosotros, los humanos, recordemos cosas que no creemos importantes en el momento en que suceden. Se trataba de saber si los perros la tienen, Entrenaron a 17 perros de distintas razas y mestizos con un sistema que Fugazza ha creado y que se denomina Do as I Do (Haz lo yo lo hago), un método sobre el que la autora ha escrito el libro del mismo nombre (Dogalia, 2015) “Con este método los perros aprenden a hacer coincidir su conducta con la que han mostrado los humanos mediante la orden ‘¡Hazlo!’. Por ejemplo, el dueño salta, luego da la orden y el perro salta también. Los animales entrenados de esta manera pueden imitar las acciones de sus dueños incluso 24 horas después. Lo que quiere decir que dar la orden ‘¡Hazlo!’ después de un tiempo es de alguna manera equivalente a preguntarles, ‘¿Recuerdas lo que hizo tu dueño?», explica la autora.
«Para investigar la memoria episódica necesitábamos que la prueba de imitación fuera inesperada para los perros. Entonces les volvimos a entrenar, con el fin de modificar sus expectativas de recibir la orden de imitación. Independientemente de las acciones ejecutadas por el dueño, a ellos se les ordenaba tumbarse», prosigue Fugazza. «De esta manera, les enseñamos que las acciones que se les mostraban ya no eran relevantes, porque cualquiera que fuese el acto que el dueño ejecutaba, al perro siempre se le ordenaba tumbarse. Entonces, tras cerciorarnos de que los perros ya no esperaban la orden de imitación, les mostramos acciones cotidianas, y después de un tiempo, les sorprendíamos cuando recibían la orden ‘¡Hazlo!’. Si los perros pueden recordar e imitar cuando se pone a prueba de manera inesperada, eso significa que utilizan una memoria similar a la episódica para recordar las tareas cotidianas que se les mostraban».
La investigadora detalla que estudios previos hallaron evidencias de memoria similar a la episódica en otras especies, incluyendo primates, ratas y palomas. «Las investigaciones previse, utilizaron estímulos muy simples, por ejemplo con presencia o ausencia de comida y fueron realizados en un laboratorio, que es una condición muy distinta y empobrecida en comparación con la vida real», observa Fugazza. «De todas formas no se sabía si los animales pueden usar memoria episódica para recordar eventos complejos como las situaciones que se dan en la vida real. Nuestro estudio es el primero que examina si los perros en su medio natural pueden recordar eventos complejos y ricos en contenido que se parecen a los que se dan en la vida real. Además, este es la primera investigación que estudia los recuerdos de las acciones de otros, no realizadas por los mismos sujetos estudiados, A los perros se les pidió que imitaran acciones previamente realizadas por sus dueños. Por lo que tenían que recordar hechos que habían visto, pero no realizado».
Pues si. A ver si cualquier día me encuentro a Matilda pasando la fregona. Ojalá
ANA ALFAGEME